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lunes, 10 de diciembre de 2012

Día de los derechos Humanos

Estar o no a la altura

La Plaza de Tahir de El Cairo, símbolo de protestas. | Efe
La Plaza de Tahir de El Cairo, símbolo de protestas. | Efe
  • Los Gobiernos de 91 países limitan la libertad de expresión
  • La visió interesada de los Gobiernos les hace olvidar los derechos humanos
Por Esteban Beltrán * |
El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra? Quizás. Pero cuando hablamos de derechos humanos, este dicho se queda corto. El mismo patrón se repite no dos, sino cien veces: los líderes mundiales, esas personas que tienen en sus manos los destinos de la gente corriente, simplemente no consiguen estar a la altura de los retos que les ha tocado vivir.
Después de casi dos años, en los que miles de manifestantes en diferentes partes del mundo muestran su indignación ante la falta de futuro y libertad, la tóxica combinación de la política del poder y el desprecio a la dignidad de las personas mantiene a muchos Gobiernos en el lado oscuro. En un mundo cada día más interconectado y con más manifestantes en la calle, los Gobiernos de 91 países limitan la libertad de expresión. En vez de construir un nuevo liderazgo basado en los derechos humanos, muchos Gobiernos han optado por la represión, o por mantener el statu quo incluso a costa de muchas vidas humanas.
El último y enésimo episodio de conflicto armado entre Israel y Hamas hace pocas semanas, y el posterior anuncio por parte de Israel de nuevos asentamientos en Cisjordania son buenos ejemplos de ello, pero hay muchos más: la creciente e implacable represión que sufren los opositores al poder en Rusia, los disidentes en China e Irán, o los manifestantes en Bahrein a medida que crecen las protestas; el lamentable papel que la comunidad internacional juega en los conflictos de Siria o Sudán con el trasfondo de los intereses creados en el comercio de armas y petróleo; el retroceso en derechos humanos en Libia, Túnez y Egipto, tras un cambio esperanzador iniciado en la Primavera Árabe... En estos países, como en otros muchos, la visión cortoplacista e interesada de sus Gobiernos les hace olvidar que proteger los derechos humanos es la mejor señal de estabilidad.
Sin embargo, hay quien sí está a la altura: los defensores y defensoras de derechos humanos. Personas de orígenes diversos –campesinos, intelectuales, líderes comunitarias, periodistas, sacerdotes, ecologistas, etc.– que han optado por defender sus derechos y los de los demás hasta sus últimas consecuencias, y cuya única recompensa es, con frecuencia, la amenaza, la persecución, el encarcelamiento o el asesinato. Denuncian la tortura, las desapariciones, la discriminación, la violencia de género, los abusos contra los pueblos indígenas o los ataques contra la libertad de expresión. Luchan por la educación de las niñas o contra el deterioro medioambiental. Desde Colombia a Pakistán, pasando por Nigeria, Turquía o Birmania, son el principal freno a los abusos del poder.
Según escribo, me vienen muchos nombres a la cabeza. Personas de extraordinario coraje. En ocasiones he tenido la suerte de compartir días de sus vidas. Merecen nuestro reconocimiento y necesitan visibilidad para protegerse. Por eso hoy me acuerdo de ellos.
Estar o no estar a la altura. Ésta es la cuestión. Yo sé de qué lado quiero estar. Feliz Día de los Derechos Humanos.

*Esteban Beltrán es director de Amnistía Internacional España.

Tomado de El Mundo.es digital del 10 de Diciembre de 2012
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/09/internacional/1355078996.html